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La memoria, con sus ajustes fugitivos, es el velo misericordioso a las sombrías promulgaciones de la primera ley. Oculta la angustia del corazón humano que siempre ansía la perpetuidad.
La memoria, con sus ajustes fugitivos, es el velo misericordioso a las sombrías promulgaciones de la primera ley. Oculta la angustia del corazón humano que siempre ansía la perpetuidad.