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Asume lo peor. Sobre todo el mundo. Pero no dejes que esta perspectiva envenenada afecte a tu rendimiento laboral. Déjate llevar. Ignórelo. Diviértete con lo que ves y sospechas. El hecho de que alguien con quien trabajas sea un gilipollas miserable, traicionero, interesado, caprichoso y corrupto no debería impedirte disfrutar de su compañía, trabajar con él o encontrarlo entretenido.