-
Al igual que Adán, nuestro primer antepasado conspicuo, debo comenzar, y echar la culpa a una mujer; me alegra reconocer que no difiero del padre de mi sexo en ningún detalle importante, siendo tan hombre como la mayoría de sus hijos.
Al igual que Adán, nuestro primer antepasado conspicuo, debo comenzar, y echar la culpa a una mujer; me alegra reconocer que no difiero del padre de mi sexo en ningún detalle importante, siendo tan hombre como la mayoría de sus hijos.