-
los nombres humanos para las cosas naturales son superfluos. La propia naturaleza no les pone nombre. Lo importante es conocer esta flor, mirar su color hasta que el azul se vuelva tan real como una nota musical.
los nombres humanos para las cosas naturales son superfluos. La propia naturaleza no les pone nombre. Lo importante es conocer esta flor, mirar su color hasta que el azul se vuelva tan real como una nota musical.