Entre otras cosas, creo que el humor es un escudo, un arma, un kit de supervivencia. Así que aquí estamos varios miles de millones de personas, hacinadas en nuestro campo de concentración mundial mientras dure la guerra. ¿Cómo vamos a sobrevivir? La solemnidad no es la respuesta, como tampoco lo es la frivolidad ingenua e irresponsable. Creo que nuestra mejor oportunidad reside en el humor, que en este caso significa una aceptación irónica de nuestra situación. No tiene por qué gustarnos, pero al menos podemos reconocer sus aspectos ridículos, uno de los cuales somos nosotros mismos.