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  • ¡Oh! bienvenidos a la Tierra cansada
    Llega el descanso sabático,
    Reuniendo a los hijos del trabajo y el cuidado
    De vuelta a sus pacíficos hogares;
    Y, como un portal a los cielos,
    abre la Casa de Dios,
    Donde todos los que buscan pueden venir y aprender
    El camino que recorrió el Salvador.
    Pero más santo le parece al caminante
    El sábado en las profundidades,
    Cuando sigue, y sigue, en incesante curso,
    La barca trabajadora debe mantener,
    Y ni rastro del hombre aparece
    En medio del desierto
    De aguas--entonces viene como paloma
    Directo del cielo a bendecir.