Autores:
  • Todo tiene dos asas; una suave y manejable, la otra tal que no resiste ser tocada. Si, pues, tu hermano te hace una injuria, no la tomes por el asa dura y caliente, representándote a ti mismo todas las circunstancias agravantes del hecho; sino mira más bien el lado blando, y atenúalo tanto como sea posible, considerando la cercanía de la relación, y la larga amistad y familiaridad entre vosotros, obligaciones de bondad que una sola provocación no debería disolver. Y así tomarás el accidente por su asa manejable.