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Casi siempre es la desdicha de un contendiente victorioso destruir su propia autoridad reclamando demasiadas consecuencias, o difundiendo su proposición hasta un punto indefendible.
Casi siempre es la desdicha de un contendiente victorioso destruir su propia autoridad reclamando demasiadas consecuencias, o difundiendo su proposición hasta un punto indefendible.