-
A los cobardes se les asusta con amenazas; a los niños se les azota para que confiesen; pero una mente firme actúa por sí misma, nunca pide consejo al cuerpo.
A los cobardes se les asusta con amenazas; a los niños se les azota para que confiesen; pero una mente firme actúa por sí misma, nunca pide consejo al cuerpo.