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Hay algo muy sublime, aunque muy fantasioso, en la descripción que Plato hace del Ser Supremo: que la verdad es su cuerpo y la luz su sombra. Según esta definición, no hay nada tan contradictorio con su naturaleza como el error y la falsedad.
Hay algo muy sublime, aunque muy fantasioso, en la descripción que Plato hace del Ser Supremo: que la verdad es su cuerpo y la luz su sombra. Según esta definición, no hay nada tan contradictorio con su naturaleza como el error y la falsedad.