-
Tendremos que elegir no entre color ni raza ni religión ni tampoco entre Oriente y Occidente, sino simplemente entre ser esclavos y ser libres. Y tendremos que elegir completamente y para siempre; ya ha pasado el tiempo en que podemos elegir un poco de cada, un poco de ambos. Podemos elegir un estado de esclavitud, y si somos lo suficientemente poderosos como para estar entre los dos o tres o diez primeros, podemos tener cierta licencia... hasta que alguien más poderoso se alce y nos ametralle contra la pared de un sótano.