Más de una rama de la vanguardia, que pretende romper con la visión y el modo de producción burgueses, sigue atada a ellos a pesar de sus desmentidos y excomuniones. Estamos lejos de haber superado el pensamiento o las prácticas burguesas, a pesar del "intermedio" socialista entre la revolución rusa y la caída del muro de Berlín. La vanguardia ha perdido su radicalidad. Por otra parte, el "teatro burgués" es a veces lo bastante sutil como para coquetear con la vanguardia o hacer "teatro de bulevar inteligente".