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Este culto reunido, como lo llaman los cuáqueros, no es sólo ausencia de ruido. El culto reunido surge de la expectativa reverente y silenciosa de que Dios vendrá en medio de la gente. El silencio se profundiza a medida que nos sentimos maravillosamente atraídos por Dios y por los demás. Nuestros corazones y nuestras almas estallan en thanksgiving, una thanksgiving que se expresa mejor con el silencio. El silencio que nace del asombro es la respuesta natural del ser humano a las señales de lo divino.