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  • Tenemos que responsabilizarnos del efecto de nuestro entorno en nuestros sistemas nerviosos y, en particular, en los sistemas nerviosos de nuestros hijos. No es de extrañar que a tantos de ellos se les diagnostiquen todas las cosas que se les diagnostican hoy en día. La tecnología moderna es una bendición, pero también es una maldición si permitimos que nos saque de nuestro centro espiritual. Un ataque electrónico las 24 horas del día se produce a expensas de nuestra profunda humanidad y de nuestras relaciones más profundas.

    Fuente: www.huffingtonpost.com