El vertido de enfermos mentales, llenos de estos nuevos fármacos psiquiátricos, en las calles es un escándalo. Se ha llevado más lejos en New York, donde secciones enteras del decadente Upper West Side se están llenando de pensionistas y pacientes psicóticos que toman estelazina, carbonato de litio y todo lo demás bajo el sol. No pueden diagnosticar al paciente, así que le dan toda la farmacopea psiquiátrica de una vez, y se pasea en un trance psicótico bellamente pintado por todas partes con productos petroquímicos.