-
Un colega que me encontró paseando sin rumbo por las hermosas calles de Copenhague me dijo amistosamente: "Pareces muy infeliz"; a lo que yo respondí con fiereza: "¿Cómo puede uno parecer feliz cuando está pensando en el anómalo efecto Zeeman?".
Un colega que me encontró paseando sin rumbo por las hermosas calles de Copenhague me dijo amistosamente: "Pareces muy infeliz"; a lo que yo respondí con fiereza: "¿Cómo puede uno parecer feliz cuando está pensando en el anómalo efecto Zeeman?".