Autores:
  • El libre albedrío parece sin trabas, deliberado; es ilimitadamente libre, errante, el espíritu. Pero el destino es una necesidad; a menos que creamos que la historia del mundo es un sueño-error, las penas indecibles de las fantasías de la humanidad, y que nosotros mismos no somos más que los juguetes de nuestras fantasías. El destino es la fuerza ilimitada que se opone al libre albedrío. El libre albedrío sin el destino es tan impensable como el espíritu sin la realidad, el bien sin el mal. Sólo la antítesis crea la cualidad.