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  • Merece la pena repetir que una imaginación poderosa no es una falsa visión exterior, sino una intensa representación interior, y una energía creadora constantemente alimentada por la susceptibilidad a las más pequeñas minucias de la experiencia, que reproduce y construye en enteros frescos y renovados; no la confusión habitual de hechos comprobables con las ficciones de la fantasía y la inclinación pasajera, sino una amplitud de asociación ideal que informa cada objeto material, cada hecho incidental con recuerdos de largo alcance y residuos históricos de pasión, trayendo a una nueva luz las relaciones menos obvias de la existencia humana.