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Lo sagrado no puede definirse con precisión. Cada uno de nosotros lo percibe a través de la lente de una historia personal única. Para mí, lo sagrado es una experiencia del resplandor interior de la vida, la fuerza invisible que transforma y alimenta el mundo físico, pero que nunca se ve limitada por él. Hay algo más, un misterio que nunca se comprende del todo.