Autores:
  • Sin duda, casi cualquier emoción intensa puede abrir nuestro "ojo interior" a la belleza de la realidad. A algunas personas les ocurre cuando se enamoran. Para otros, la belleza de la naturaleza o la euforia de la creación artística. Probablemente, cualquier experiencia elevada puede hacer que nuestras almas se pongan momentáneamente de puntillas, de modo que vislumbremos esa maravillosa belleza que siempre está ahí, pero que a menudo no tenemos la altura suficiente para percibir.