Una de las manifestaciones fundamentales de nuestro instinto natural de vinculación es la voluntad de dar. Más que la dominación, nuestro impulso más básico es tender la mano a otro ser humano, incluso a costa de nosotros mismos. Dar a los demás -el impulso de empatizar, ser compasivo y ayudar a los demás de forma altruista- no es la excepción a la regla, sino nuestro estado natural. Nuestro impulso de conectar con los demás ha desarrollado un deseo automático de hacer por los demás, incluso a costa de nosotros mismos. El altruismo es algo natural en nosotros. El egoísmo está culturalmente condicionado y es un signo de patología.