Se necesitaron más de tres mil años para crear algunos de los árboles de estos bosques occidentales... A lo largo de todos los maravillosos y azarosos siglos transcurridos desde la época de Cristo -y mucho antes de eso- Dios ha cuidado de estos árboles, los ha salvado de la sequía, las enfermedades, las avalanchas y mil tempestades e inundaciones agotadoras y niveladoras; pero no puede salvarlos de los tontos.