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No, no deseo riquezas. La pobreza honesta y una conciencia tórpida por la inacción virtuosa, son más para mí que los lotes de la esquina y la alabanza.
No, no deseo riquezas. La pobreza honesta y una conciencia tórpida por la inacción virtuosa, son más para mí que los lotes de la esquina y la alabanza.