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  • En la vida del hombre, la ausencia de un componente esencial suele conducir a la adopción de un sustituto. El sustituto suele ser abrazado con vehemencia y extremismo, pues tenemos que convencernos de que lo que tomamos como segunda opción es lo mejor que ha existido. Así, la fe ciega es, en gran medida, un sustituto de la fe perdida en nosotros mismos; el deseo insaciable, un sustituto de la esperanza; la acumulación, un sustituto del crecimiento; el ajetreo ferviente, un sustituto de la acción decidida; y el orgullo, un sustituto de una autoestima inalcanzable.

    Eric Hoffer (1982). "Entre el diablo y el dragón: Los mejores ensayos y aforismos de Eric Hoffer", HarperCollins Publishers