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No puedo evitar jugar con nuestras certezas irrefutables. Por ejemplo, es un placer mezclar a sabiendas las dos y las tres dimensiones, lo plano y lo espacial, y burlarse de la gravedad.
No puedo evitar jugar con nuestras certezas irrefutables. Por ejemplo, es un placer mezclar a sabiendas las dos y las tres dimensiones, lo plano y lo espacial, y burlarse de la gravedad.