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  • El arte de la meditación puede ejercitarse a todas horas y en todos los lugares, y los hombres de genio, en sus paseos, en la mesa y en medio de asambleas, dirigiendo la mirada de la mente hacia arriba, pueden formar una soledad artificial; retirados en medio de una multitud, tranquilos en medio de la distracción, y sabios en medio de la locura.