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Los demagogos y los agitadores son muy desagradables, son incidentales en un país libre y constitucional, y hay que soportar estos inconvenientes o prescindir de muchas ventajas importantes.
Los demagogos y los agitadores son muy desagradables, son incidentales en un país libre y constitucional, y hay que soportar estos inconvenientes o prescindir de muchas ventajas importantes.