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Muchos cristianos son tan frágiles espiritualmente, están tan enfermos y carecen de vitalidad espiritual que no pueden dedicarse a la oración más que unos minutos seguidos.
Muchos cristianos son tan frágiles espiritualmente, están tan enfermos y carecen de vitalidad espiritual que no pueden dedicarse a la oración más que unos minutos seguidos.