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  • A estas alturas, un millón de pedaladas han grabado los músculos de mis piernas con un único propósito: impulsar la manivela y hacer avanzar la bicicleta. El alimento fluye en mi cuerpo, aportándole potencia y fuerza. Ya no se trata de luchar. Ahora el viaje evoluciona hacia el reino espiritual, donde el pedaleo se vuelve instintivo. Es un flujo libre de energía que atraviesa mi cuerpo y se expresa voluntariamente en el vuelo de los pedales.

A estas alturas, un millón de pedaladas han grabado los músculos de mis piernas con un único propósito: impulsar la manivela y hacer avanzar la bicicleta. El alimento fluye en mi cuerpo, aportándole potencia y fuerza. Ya no se trata de luchar. Ahora el viaje evoluciona hacia el reino espiritual, donde el pedaleo se vuelve instintivo. Es un flujo libre de energía que atraviesa mi cuerpo y se expresa voluntariamente en el vuelo de los pedales. - Frosty Wooldridge
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