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  • Mis opiniones políticas se inclinan cada vez más hacia la anarquía. El trabajo más impropio de cualquier hombre, incluso de los santos, es mandar a otros hombres. Sólo hay un punto positivo y es la creciente costumbre de los hombres descontentos de dinamitar fábricas y centrales eléctricas. Espero que eso, alentado ahora como patriotismo, pueda seguir siendo un hábito.