Me encanta escribir a mano alzada. Escribir a mano alzada, creo, es algo maravilloso para un escritor hoy en día. Si tienes un cuaderno y un buen bolígrafo puedes irte a algún sitio, puedes escribir que funciona con energía solar. Puedes dejarlo caer o mojarlo y prácticamente todo tu trabajo seguirá ahí. Si de repente decides buscar una palabra o comprobar una referencia, no te levantarás cuatro horas más tarde, parpadeando, y te encontrarás de algún modo en medio de una subasta de Ebay en la que nunca habías planeado participar.