Si quieres vencer el miedo, no te quedes sentado en casa pensando en ello. Sal y ponte a trabajar.
La inacción genera dudas y miedo. La acción genera confianza y coraje.
Lo único que debemos temer es al propio miedo.
Lo único que debemos temer es al miedo mismo y, posiblemente, al coco.
El valor no es la ausencia de miedo...
El valor no es la ausencia de miedo, sino su dominio.
El coraje no es la ausencia de miedo, sino el juicio de que
No debo temer. El miedo es el asesino de mentes. El miedo es la pequeña muerte que trae la aniquilación total. Me enfrentaré a mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré el ojo interior para ver su camino. Donde el miedo haya ido no habrá nada. Sólo quedaré yo.
El pensamiento no vencerá al miedo, pero la acción sí.
Para sorpresa de casi nadie, Astrid dijo: "Dune, de Frank Herbert. No debo temer. El miedo es el asesino de mentes. El miedo es la pequeña muerte que trae la obliteración total. Me enfrentaré a mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré el ojo interior para ver su camino. Donde haya ido el miedo no habrá nada". Ella y Lana pronunciaron juntas la última frase del conjuro. "'Sólo quedaré yo.
EL MIEDO ES EL ASESINO DE MENTES. EL MIEDO ES LA PEQUEÑA MUERTE QUE TRAE LA ANIQUILACIÓN TOTAL.
Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a los demás.
Aprendí que el valor no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence ese miedo.
Nuestro miedo más profundo no es ser inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra Luz, no nuestra Oscuridad, lo que más nos asusta.
Puedes vencer casi cualquier miedo si te lo propones. Recuerda que el miedo sólo existe en la mente.
El miedo no existe en ninguna parte excepto en la mente.
Vencer el miedo es el principio de la sabiduría.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida.
El valor es resistencia al miedo, dominio del miedo, no ausencia de miedo.
He aceptado el miedo como parte de la vida, concretamente el miedo al cambio... He seguido adelante a pesar de los latidos del corazón que me dicen: vuelve atrás.
o simplemente: