Autores:
  • Nunca olvidaré mi primer encuentro con los gorilas. El sonido precedía a la vista. El olor precedió al sonido en forma de un abrumador aroma a almizcle de corral, parecido al humano. De repente, una serie de gritos agudos desgarraron el aire, seguidos del rítmico rondo de agudos pok-pok de un gran macho de espalda plateada oculto tras lo que parecía un muro impenetrable de vegetación.

    Dian Fossey (2000). “Gorillas in the Mist”, p.3, Houghton Mifflin Harcourt