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  • Existe el azul plateado, el azul cielo y el azul trueno. Cada color encierra en sí un alma, que me alegra o me repugna, y que actúa como estímulo. Para una persona que no tiene arte, los colores son colores, los tonos tonos... y eso es todo. Todas sus consecuencias para el espíritu humano, que oscilan entre el cielo y el infierno, pasan desapercibidas.