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  • ADAMSBERG NO ERA UN HOMBRE QUE SE APUNTARA A LA EMOCIÓN: bordeaba los sentimientos fuertes con cautela, como los vencejos que sólo rozan las ventanas con las alas, sin entrar nunca, porque saben que será difícil salir. A menudo había encontrado pájaros muertos en las casas del pueblo de vuelta a casa, visitantes imprudentes que se habían aventurado a entrar y nunca más encontraron el camino de vuelta al aire libre. Adamsberg consideraba que, en materia de amor, los humanos no eran más sabios que los pájaros.

    "An Uncertain Place". Book by Fred Vargas, 2008.