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  • ¿Por qué demostrarle a un hombre que está equivocado? ¿Vas a hacer que le gustes? ¿Por qué no dejarle salvar la cara? No te pidió tu opinión. No la quería. ¿Por qué discutir con él? No puedes ganar una discusión, porque si pierdes, lo pierdes; y si ganas, lo pierdes. ¿Por qué? Te sentirás bien. Pero, ¿y él? Le has hecho sentirse inferior, has herido su orgullo, insultado su inteligencia, su juicio y su amor propio, y le molestará tu triunfo. Eso le hará contraatacar, pero nunca le hará querer cambiar de opinión. Un hombre convencido contra su voluntad sigue siendo de la misma opinión.