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  • La humanidad es nuestra suerte común. Todos los hombres están hechos del mismo barro. No hay diferencia, al menos aquí en la Tierra, en el destino que se nos asigna. Venimos del mismo vacío, habitamos la misma carne, nos disolvemos en las mismas cenizas. Pero la ignorancia que infecta la sustancia humana la ennegrece, y esa negrura incurable, adueñándose del alma, se convierte en el Mal.