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  • Reconocer que las propias moléculas que componen tu cuerpo... son trazables a los crisoles que una vez fueron los centros de estrellas de gran masa que explotaron sus entrañas químicamente ricas en la galaxia, enriqueciendo nubes de gas prístinas con la química de la vida. De modo que todos estamos conectados entre sí biológicamente, con la Tierra químicamente y con el resto del universo atómicamente.