-
Con nuestra actitud, decidimos leer o no leer. Por nuestra actitud, decidimos intentarlo o rendirnos. Por nuestra actitud, nos culpamos a nosotros mismos de nuestro fracaso, o culpamos a los demás. Nuestra actitud determina si decimos la verdad o mentimos, actuamos o postergamos, avanzamos o retrocedemos, y por nuestra propia actitud nosotros y sólo nosotros decidimos realmente si triunfamos o fracasamos.