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  • Si el corazón inmutable puede afligirse por las marionetas de su propia creación, es la Omnipotencia Divina, no otra, la que lo ha sometido, libremente, y con una humildad que sobrepasa el entendimiento. Si el mundo existe no principalmente para que amemos a Dios, sino para que Dios nos ame, ese mismo hecho, en un nivel más profundo, es por nuestro bien. Si Aquel a quien nada puede faltar en Sí mismo decide necesitarnos, es porque necesitamos ser necesitados.