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  • A mí también me torturan. Me torturan la grasa de la barriga y las portadas de las revistas sobre cómo complacer a todo el mundo menos a mí misma. Me torturan las ovejas que hacen clic en cualquier cosa que les garantice perder cinco kilos en una semana. Ovejas que se ponen de rodillas si eso significa que le gustarán más a alguien. Me tortura mi incapacidad para querer juntarme con ovejas desesperadas. Me torturan los malditos anuarios llenos de gilipolleces. Te conocí cuando. Echaré de menos los tiempos. Mantendré el contacto. Mejores amigos para siempre. ¿Esto está bien? ¿Estás bien? ¿Tú también estás torturado?