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Esta persistencia como empresas privadas se mantuvo porque garantizaba el máximo anonimato y secretismo a personas de tremendo poder público que temían el conocimiento público de sus actividades como un mal casi tan grande como la inflación.
Esta persistencia como empresas privadas se mantuvo porque garantizaba el máximo anonimato y secretismo a personas de tremendo poder público que temían el conocimiento público de sus actividades como un mal casi tan grande como la inflación.