La postura a favor de las plantas psicodélicas es claramente una postura en contra de las drogas. Las drogodependencias son el resultado de un comportamiento habitual, no examinado y obsesivo; éstas son precisamente las tendencias de nuestra estructura psicológica que los psicodélicos mitigan. Los alucinógenos vegetales disuelven los hábitos y someten las motivaciones a la inspección de un punto de vista más amplio, menos egocéntrico y más fundamentado dentro del individuo.