Autores:
  • ...pues este ocho estadounidense, con todo su material ocupando todos los asientos, no iba rápido. Remaron con todas sus fuerzas, pero nunca empezaron a cantar en el agua. Y nadie supo nunca por qué. La respuesta es un poco mística, porque la suma de una tripulación es mayor que sus partes. Aquellos ocho pesos pesados no tuvieron tiempo de desarrollar el vínculo, la confianza sagrada, que puede hacer volar a un ocho de regatas.