El Salvador desea salvarnos tanto de nuestras insuficiencias como de nuestros pecados. Inadecuación no es lo mismo que ser pecador - tenemos mucho más control sobre la elección de pecar que el que podamos tener sobre nuestra capacidad innata. . . . La sensación de quedarse corto o de fracasar no sólo es natural, sino esencial en la experiencia mortal. Sin embargo, después de todo lo que podemos hacer, la Expiación puede llenar lo que está vacío, enderezar nuestras partes torcidas y fortalecer lo que es débil.