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  • La educación moderna es competitiva, nacionalista y separatista. Ha formado al niño para que considere los valores materiales como lo más importante, para que crea que su nación también lo es y que es superior a otras naciones y pueblos. El nivel general de información sobre el mundo es alto, pero suele estar sesgado, influido por los prejuicios nacionales, y sirve para hacernos ciudadanos de nuestra nación, pero no del mundo.