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  • Cuelga en las paredes de tu mente el recuerdo de tus éxitos. Asesórate de tu fuerza, no de tu debilidad. Piensa en los buenos trabajos que has hecho. Piensa en las veces en que te elevaste por encima de tu nivel medio de rendimiento y llevaste a cabo una idea o un sueño o un deseo que habías anhelado profundamente. Cuelga estas imágenes en las paredes de tu mente y míralas mientras recorres el camino de la vida.