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Así era la Naturaleza. El mosquito sintió dolor y pánico, pero la libélula no conocía la crueldad. Los humanos lo llamarían maldad, la gran libélula destruyendo al mosquito e ignorando el sufrimiento del pequeño insecto. Pero los humanos también odiaban a los mosquitos, los llamaban viciosos y sedientos de sangre. Todas estas palabras, como "malvado" y "vicioso", no significaban nada para la Naturaleza. Sí, el mal era una invención humana.