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  • Los espejos de eternidad de los templos nos recuerdan que cada ser humano tiene "naturaleza y destino divinos"; que "las sagradas ordenanzas y pactos disponibles en los templos sagrados hacen posible que los individuos regresen a la presencia de Dios y que las familias se unan eternamente"; y que, creciendo juntos en amor y fidelidad, podemos dar a los hijos raíces y alas.