Los dioses han huido, lo sé. Mi sensación es que los dioses siempre han estado esencialmente ausentes. No creo que los seres humanos hayan practicado juegos o deportes desde el principio simplemente para invocar, complacer o apaciguar a los dioses. Si los antropólogos y los historiadores creen eso, es porque creen todo lo que han podido recuperar sobre lo que la humanidad decía a los dioses que la humanidad hacía. Creo que hemos jugado y visto juegos para imitar a los dioses, para convertirnos en dioses en nuestra adoración mutua y, a través de esos momentos de transmutación, saber por un instante lo que los dioses saben.